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ToggleEn un entorno cada vez más digital, verificar la identidad de los usuarios a distancia se ha convertido en algo esencial para prevenir el fraude y garantizar el cumplimiento de la normativa.
¿Qué es un documento de identidad digital?
La prueba digital de identidad es un método utilizado para confirmar la identidad de una persona a través de medios digitales. En la práctica, el usuario presenta copias digitales de documentos de identidad para que los sistemas automatizados puedan verificar su validez y autenticidad. Al mismo tiempo, los datos del documento se cotejan con los de la persona a través de la biometría: la foto del documento se compara con un selfie reciente y se realiza una prueba de vitalidad (como parpadear, sonreír o girar la cabeza) para confirmar que el usuario está físicamente presente. Las soluciones modernas utilizan la detección pasiva de la vitalidad, que se ejecuta silenciosamente en segundo plano sin necesidad de que el usuario parpadee, sonría o se mueva, lo que reduce la fricción y mejora las tasas de finalización en comparación con los métodos activos más antiguos que interrumpen el flujo de incorporación.
Importancia de la verificación de la identidad digital en KYC
Integración de verificación de identidad digital en KYC es crucial por varias razones. Garantiza el cumplimiento normativo, ya que las leyes contra el blanqueo de capitales exigen que los bancos, las empresas de tecnología financiera y otras organizaciones identifiquen a sus clientes, y los canales digitales les permiten hacerlo de manera eficiente. También refuerza la seguridad al dificultar la suplantación de identidad mediante controles automatizados y biométricos. Por último, aumenta la agilidad al permitir la incorporación del cliente desde cualquier lugar en cuestión de minutos, sin procedimientos presenciales, mejorando la experiencia del cliente y ampliando el alcance del negocio.
Cómo aplicar la prueba digital de identidad en KYC
La implantación de la prueba de identidad digital en un flujo de trabajo de CSC suele implicar tres etapas clave:
1. Verificación de documentos:
El cliente facilita una foto o escaneado de su documento de identidad a través de una aplicación o portal seguro. El sistema comprueba que el documento sea válido (no falsificado ni alterado).
2. Verificación biométrica:
El siguiente paso confirma que la persona que completa el proceso coincide con el documento. Se solicita un selfie o un vídeo en directo, y software de reconocimiento facial compara la cara del usuario con la foto del documento. También se incluye una prueba de vitalidad (como el parpadeo) para garantizar que hay una persona real delante de la cámara.
3. Validación y decisión final:
A continuación, los sistemas analizan la información recopilada; si todo coincide, se aprueba la identidad y el cliente continúa el proceso. Si surgen discrepancias, el caso se marca para su revisión manual antes de tomar una decisión definitiva.
También es esencial cumplir la normativa sobre protección de datos. Las pruebas recopiladas (documentos, fotos, etc.) deben almacenarse de forma segura y utilizarse únicamente para fines autorizados. Esto protege la privacidad del usuario y genera confianza en el proceso.
La prueba digital de identidad se ha convertido en indispensable para las entidades financieras y las administraciones públicas. Su integración en los procedimientos KYC permite una incorporación de clientes más rápida y fiable, al tiempo que se cumplen las obligaciones legales. Para un CMO o líder en transformación digital, estas soluciones reducen el fraude y la fricción en la experiencia del usuario, al tiempo que refuerzan la confianza del cliente y la reputación de la marca. Aplicar correctamente la prueba de identidad digital en KYC impulsa la innovación sin comprometer la seguridad ni el cumplimiento normativo.
- FAFT - Orientaciones sobre el DNI digital
- Unión Europea - Reglamento eIDAS (UE 910/2014)
- Autoridad Bancaria Europea - Directrices sobre la incorporación de clientes a distancia


